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Adherencia y hábitos alimentarios.


Qué tal lectores de Firmeza Eterna el verano ya está aquí y con él el recuerdo de propósito de año nuevo de las últimas 2565 uvas: bajar esos kilitos demás.


Esperamos que el resultado sea favorable y si así es, te mereces nuestra felicitación. Sin embargo, también puede ser que no hayas tenido resultados favorables y te diremos qué pudo haber fallado en el tratamiento dietético. Esta entrada, tiene por objetivo mostrarte el top 5 de los obstáculos más difíciles por modificar y esperamos que después de conocerlos y ver la forma en la que se pueden vencer logrando así el principal objetivo.


5: falta de comunicación.


Cerca del 20% del abandono en el tratamiento nutricional es por una comunicación pobre entre el paciente y el profesional de la salud. A veces, tendemos a pensar que el esconder un antojo o un evento al cual asistiremos no tendrá efecto porque vamos con una motivación grande. Sin embargo, cuando nos pesamos en consultorio e incluso desde el recorrido a la consulta ya sabemos que no tendremos el resultado esperado y entonces tras esa consulta o un par más renunciamos. Lo ideal siempre es que hablemos con nuestro nutricionista o nutriólogo acerca de lo que no entendimos en consulta, los vicios que parecen perseguirnos para darle pie a una estrategia favorable y obtener no solo un menú al cual seguir sino también una correcta orientación. Misma que se dará rompiendo el hielo para tener una comunicación siempre profesional y ética.


4: Antojos:


Una realidad cada vez que existe un inicio de tratamiento dietético es la frase clásica “todo se me antoja” y esto pasa por una incorrecta programación propia al iniciar el tratamiento. Quiere decir que vamos a la primer consulta y ya tenemos una predisposición de abandono y solo necesitamos que se atraviese un postre, un momento sin ocuparnos que se refleje en salirnos del menú y con eso empezar a romper la dieta y no volver.


En cambio, si ponemos atención en las metas claras y objetivas por cumplir e ir notando los cambios los antojos pasan a segundo término ¡y el precio por soportarlos realmente lo vale! Cada vez que tengas un antojo frente a ti pregúntate ¿vale la pena echar todo mi esfuerzo y trabajo por la borda? Apuesto a que no. Soporta un poquito y mírate al espejo al terminar la semana ¡lo valdrá!


3: Mala asesoría:


Entendamos bien lo que vamos a exponer, porque si es cierto que existen muy malos dietistas en este mercado, sin embargo no podemos responsabilizar a cada profesional después de algunos intentos fallidos sin ser objetivo y reconocer las fallas propias en el tratamiento.


La mala asesoría consiste en poner tiempos de comida fuera de nuestro control, mismo que termina llevándonos a frustración. Es increíble la cantidad de profesionistas que a pesar que preguntan el estilo de vida llevado por los pacientes día a día insistan en poner 5-6 tiempos de comida. Esta idea, ha sido desplazada por una ingesta calórica diaria que puede ser puesta en nuestros 3 tiempos de comida de toda la vida. Sin embargo, esto no aplica para pacientes con diabetes y algunas morbilidades existentes.


Un menú rutinario es lo segundo que puede volvernos locos, pues el comer lo mismo día a día resulta molesto. Nuestra respuesta ante esto es salir de la rutina con antojos o peor aún, una mala sustitución de alimentos de un grupo con otro grupo que modifica nutrientes y un aporte calórico no calculado. Es importante que al recibir un menú o alguna sesión de nutrición tengamos una asesoría correcta, obviamente no para ser profesional, pero si para poder ser pacientes autosuficientes que podamos intercambiar, jugar con nuestros menús y sobre todo no caer en la monotonía manteniendo nuestro tratamiento como prioridad.


2: Decepción por el peso.


Puede sonar contradictorio, sin embargo, muchos pacientes experimentan disminución de talla, se sienten más ligeras, duermen mejor, se sienten mejor peeeero notan poco avance en la disminución de peso. En diversas ocasiones y con muchos pacientes ocurre una disminución en el tejido adiposo (grasa) pero por motivos como actividad física o una masa corporal fuerte la pérdida no es tan grande, aunque los resultados sean notorios para el paciente.


Tenemos que entender que el tejido adiposo ocupa un espacio mayor que el tejido magro (músculo), por tanto debemos hacerle caso a la talla ya los signos de mejor calidad de vida dejando a un lado la báscula y externarlo con quien nos lleve. Esto también ha provocado que a veces el tratamiento nutricio lleve una pérdida de masa muscular por encima del tejido graso para demostrar resultados pronto que parezcan hacer que el paciente se sienta satisfecho con su esfuerzo, esto debería estar en el punto anterior, sin embargo cuando acudimos con un especialista en nutrición queremos resultados directos en la báscula. Pongamos atención en nuestra calidad de vida, pongamos atención en la disminución de talla y en cómo nos vemos.


1: No entender que es un tratamiento.


Al igual de serio que es tratar una enfermedad o un problema que queremos solucionar, debemos entender que el sobrepeso o la obesidad deben solucionarse y ante eso debe existir un tratamiento seguido al pie de la letra. Dicho tratamiento debe ser personalizado, adecuado y ajustado a nuestro estilo de vida, bolsillo y necesidades.


Quiere decir que los sacrificios deben existir, que aunque el tratamiento va a adaptarse a nuestro estilo de vida debemos plantearnos la meta a la cuál queremos llegar. Y no quiere decir que podemos llegar con un profesional de nutrición y pedir metas inalcanzables sin ajustarnos a un ritmo de vida saludable.


Más del 80% de pacientes regresan a su peso anterior al tratamiento en menos de dos años porque no ajustan su ritmo de vida conformándose con llegar a su peso ideal y se olvidan que la salud, realmente, es primero. Las asesorías y el tratamiento nutricional siempre deben buscar la independencia del paciente y el paciente debe tener la firme convicción de aprender a alimentarse, a saber cuándo darse gustos y placeres con esto y no estar danzando de un extremo al otro.






Extra tip: Metas realistas.


En consulta llegan muchos casos en los que se busca bajar hasta 20 kilos en dos semanas debido a algún evento social tales como una boda, graduación, etcétera puede ser también por vacaciones. Entonces, al escuchar una ligera plática del profesional de nutrición en la que el dirá que eso no es posible o que no tiene las pastillas solicitadas para tal efecto encontramos frustración e incluso molestia.


Es importante prevenir llegar a estas alturas y caer en la cuenta que tal ritmo de vida lleva más del tiempo en el que queremos ver resultados y los efectos de un plan nutricional, sin actividad física y con su respectivo mantenimiento, tomarán su tiempo.


Por tal motivo, cuando se acerquen a un experto en nutrición y tengan una meta se debe conocer el plazo que tomará y comprender que lo más importante es aprender a mantenerse en dicha meta y no quedarnos en el ya merito como en muchas ocasiones llega a pasar.




Apuesto a que reconociste algunas de éstas situaciones y esperamos que las soluciones brindadas sean útiles para ti. Existen muchas estrategias por los profesionales de nutrición para superar algún obstáculo, pero no te olvides del primer punto y ten confianza en quien hayas elegido.


Esperamos que esta entrada haya sido de tu agrado y si tienes algún obstáculo no contemplado en esta entrada déjalo en los comentarios para poder ayudarte o bien generar algún tema de interés. De la misma forma agradecemos tu lectura y te esperamos en nuestra siguiente entrada.



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